El dos mil 15 abrió las puertas de un nuevo ciclo de
nuestras vidas, ocasión que además adquiere connotación especial, pues la
celebración del primer día del año coincide con el aniversario del Triunfo de la Revolución Cubana.
Al iniciar un nuevo año resulta casi imposible dejar de
pensar en el que termina, en los seres queridos que perdimos y en los que
continúan a nuestro lado, tal vez en el amor, que otra vez no pudimos lograr, y
casi seguro, en si se cumplieron nuestras metas y perspectivas, tanto en el plano
personal como profesional.
Para los caimanerenses, al igual que para cualquier cubano, este
año avizora nuevos sueños, nuevas metas. Es la oportunidad perfecta para reconocer
nuestros errores y seguir adelante con seguridad y confianza.
Lo importante es sonreír, vivir feliz, amar, ser honesto con
uno mismo y con los demás, luchar por lo que se quiere, ser mejores personas,
hijos, hermanos, amigos, trabajadores y sobre todas las cosas mejores
revolucionarios, con la premisa de hacer del dos mil 15 una nueva etapa de
logros y desarrollo para la nación.
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