Los elegantes Monitongos de
Hatibonico se yerguen majestuosos en los límites entre la ciudad, los
municipios de Niceto Pérez y Caimanera, escoltados por valles intramontanos
donde prevalecen diversas variedades de cactus, iguanas y aves.
La definición de monitongos se
aplica en Cuba a formas naturales del relieve que presentan inusitadas
configuraciones reconocidas por su belleza escultural, y porque semejan
diferentes figuras del mundo animado e inanimado: piense en extrañas
prominencias, peñascos abruptos, esculturas semejantes a objetos diversos, a
veces como sombreros de hongo, o como achatadas cúpulas, tortas, ídolos
primitivos, tortugas, locomotoras de un tren, entre otros.
Esas pequeñas elevaciones, de
alrededor de unos 200 metros de altura, pertenecen a la Reserva Ecológica de
Hatibonico, se encuentran dentro del Parque Nacional Sierra Maestra.
Allí conviven ejemplares de la flora
y la fauna cubano, en peligro de extinción. Entre ellos la jutía conga, el
majá de Santa María, entre otros, los que gozan de un sistema de
protección que le permite reproducirse en sus condiciones naturales de vida,
resultados que se logran gracias a los diferentes proyectos, destinados a
la protección de la naturaleza.
Vale destacar el que desarrollan con
los pioneros de la escuela primaria José Tey de la comunidad de Hatibonico, lo
cual prepara a las nuevas generaciones en una cultura ecológica, que le permita
en el futuro conocer y apreciar más los valores naturales.
El área, además, está supervisada
por guardabosques que chequean y monitorean todo el sitio para evitar los
devastadores incendios forestales. También para alertar y chequear al personal
ajeno, entre ellos cazadores furtivos, para que no penetren y dañen la flora o
la fauna de la Reserva Ecológica.
La protección del medio ambiente es
prioridad número uno en Cuba, por eso resulta admirable el trabajo de
conservación que se desarrolla en el área ecológica de Hatibonico, donde
sobresalen los Monitongos. Un edén que no por gusto es declarado monumento
natural.
En estos tiempos en que la humanidad
está amenazada por el cambio climático, y sus nefastas consecuencias, en la
región más oriental del archipiélago cubano se apuesta por el futuro y la
protección de los recursos naturales.
Esos promontorios grises,
de atractivo para cubanos y extranjeros, sólo son comparables a
peñascos existentes en algunas zonas de África, como los morros angolanos de
Tongo en Kwanza Sur.
Por su enorme tamaño, color y
configuración, los Monitongos, esas extrañas rocas, están declarados a escala
como Monumento de la Naturaleza Cubana.
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