miércoles, 27 de noviembre de 2013

Exclusividades naturales que distinguen a Caimanera



Los elegantes Monitongos de Hatibonico se yerguen majestuosos en los límites entre la ciudad, los municipios de Niceto Pérez y Caimanera, escoltados por valles intramontanos donde prevalecen diversas variedades de cactus, iguanas y aves.
La definición de monitongos se aplica en Cuba a formas naturales del relieve que presentan inusitadas configuraciones reconocidas por su belleza escultural, y porque semejan  diferentes figuras del mundo animado e inanimado: piense en extrañas prominencias, peñascos abruptos, esculturas semejantes a objetos diversos, a veces como sombreros de hongo, o como achatadas cúpulas, tortas, ídolos primitivos, tortugas, locomotoras de un tren, entre otros.

Esas pequeñas elevaciones, de alrededor de unos 200 metros de altura, pertenecen a la Reserva Ecológica de Hatibonico, se encuentran dentro del Parque Nacional Sierra Maestra.

Allí conviven ejemplares de la flora y la fauna cubano, en peligro de extinción. Entre ellos la jutía conga, el  majá de Santa María, entre otros, los que gozan de un sistema de protección que le permite reproducirse en sus condiciones naturales de vida, resultados que se logran gracias a los diferentes proyectos,  destinados a la protección de la naturaleza.

Vale destacar el que desarrollan con los pioneros de la escuela primaria José Tey de la comunidad de Hatibonico, lo cual prepara a las nuevas generaciones en una cultura ecológica, que le permita en el futuro conocer y apreciar más los valores naturales.

El área, además, está supervisada por guardabosques que chequean y monitorean todo el sitio para evitar los devastadores incendios forestales. También para alertar y chequear al personal ajeno, entre ellos cazadores furtivos, para que no penetren y dañen la flora o la fauna de la Reserva Ecológica.

La protección del medio ambiente es prioridad número uno en Cuba, por eso resulta admirable el trabajo de conservación que se desarrolla en el área ecológica de Hatibonico, donde sobresalen los Monitongos. Un edén que no por gusto es declarado monumento natural.

En estos tiempos en que la humanidad está amenazada por el cambio climático, y sus nefastas consecuencias, en la región más oriental del archipiélago cubano se apuesta por el futuro y la protección de los recursos naturales.

Esos  promontorios grises, de  atractivo  para cubanos y extranjeros, sólo son comparables a peñascos existentes en algunas zonas de África, como los morros angolanos de Tongo en  Kwanza Sur.

Por su enorme tamaño, color y configuración, los Monitongos, esas extrañas rocas, están declarados a escala como Monumento de la Naturaleza Cubana.

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