miércoles, 20 de noviembre de 2013

En Caimanera pequeños con grandes Derechos


Mi nombre es Emily Morales Borges, pero eso no es lo más importante en esta historia, sino que ese derecho, el amor de mis padres, la educación, la alimentación y protección que siento desde que nací son algunos de los muchos derechos que tengo y que disfruto desde hace más de ocho años”. Así dijo entre sonrisas y llantos una niña vestida de hada sin nada que temer al hablar frente al público como parte de los múltiples beneficios que ella ha percibido desde su nacimiento.
Cuando en muchos países del mundo el bienestar de niñas y niños es una quimera, esta hada de Caimanera celebró con su varita mágica y muchos duendes el Día Universal de los Derechos del Niño y la Niña.
Cantos, poesías, dramatizaciones, pintura en el asfalto y muchas risas regalaron las niñas y los niños del Seminternado Luis Ramírez López en la Primera Trinchera Antiimperialista de Cuba, limítrofe con la ilegal base naval de la estados unidos en Guantánamo.

La “Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña” fue aprobada el 20 de noviembre de mil 989 por  la Asamblea General de las Naciones Unidas,  y entró  en vigencia en septiembre de mil 990.  Esta ley establece que todos los niños, las niñas y los adolescentes menores de 18 años  tienen iguales derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

En Cuba, los pequeños son privilegiados y para ellos se destinan disímiles programas. La máxima martiana de que en los niños tiene la Patria su tesoro más valioso no pierde vigencia, por eso, para ellos se trabaja porque ellos son “los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”.

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