Casi
a media mañana de este viernes, un sonido inhabitual en el centro de la ciudad
anunció el comienzo de la fiesta más tradicional en Caimanera, el Carnaval
Acuático.
Los marineros la llaman la Mar, en el territorio todo
bailan para ella, por eso en cada edición del Carnaval Acuático cantos y bailes a Yemayá inician la
tradición donde
transeúntes y pobladores van hasta la orilla de la playa a ofrecerles una
ofrenda a orisha de las aguas del mar.
La ofrenda incluyó una cesta con
frutas y una corona de flores que echadas al mar agradecen a la deidad y
solicitan sus bendiciones para la fiesta, una verdadera Moyugba, es decir, traduciendo para
los castellanos, un pedido de bendiciones a todo el panteón Yoruba y de
nuestros ancestros.
Los caimanerenses pidieron para sus padres,
padrinos, hermanos, hijos, ahijados y amigos, sobre todo, que se lleve todo lo
malo, las amarguras, los pesares, y las culpabilidades, pidieron mucha paz
espiritual.
El grupo de música folclórica Bahía
Rumba, bajo la dirección del instructor de arte Alejandro Leyva hizo el toque
de tambores para que Beatriz Naranjo Caboverde, Instructora de Arte de la
Brigada José Martí del municipio, representara a Orisha y deleitara al público
con sus movimientos ondulados y giros.
Desde el dos mil 11 la “Ofrenda a
Yemayá” es la actividad que abre el Carnaval Acuático en este municipio,
devotos o no siguen en procesión hasta la orilla del mar a la bailarina que la
interpreta.
Desarrollar este, ya obligado, rito
fue idea de Ofelia García Campuzano, directora del museo “19 de Diciembre” y
Eulices Durand Urgellés, artesano del territorio; quienes propusieron retomar
la acción que por costumbre realizaban los pescadores antes de salir a la mar y
que formó parte de las primeras celebraciones de este tipo en Caimanera.
Lo que pasó en este baile homenaje a
Yemayá, Presente y futuro te lo regala esta vez con las siguientes imágenes.
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