Cada
cinco de Junio se celebra El Día Mundial del Medio Ambiente, y de seguro el tema
importa a muchos. No solo porque sea uno de los principales medios por los cuales
las Naciones Unidas estimulen en todo el mundo la toma de conciencia en relación
con el medio ambiente y aumenten las actividades dedicadas a esto, sino, porque
es la mejor fortuna que podemos dejarle a nuestros hijos, y nietos.
Para los que habitamos el planeta azul conocemos, que cualquier pequeño gesto que se haga por
cuidar un árbol, la playa, nuestra bahía o un pequeño insecto es una acción a favor de la
humanidad. ¿Pero cuidamos en realidad el medio ambiente? ¿Somos conscientes del
daño que ocasionamos a la naturaleza?
Si no sabes que una simple colilla
de cigarro tarda de uno a dos años en degradarse y una botella de plástico de cien a
doscientos años, además si observas con frecuencia y de manera pasiva como
crecen ante tus narices basureros fuera de los lugares establecidos para ello, o
en tu hogar desechas materiales que puedes
reciclar, y así no afectaría el entorno. Entonces es válida mi preocupación y
te reitero la pregunta. ¿Eres consciente del daño que ocasionas a la
naturaleza?
La
responsabilidad hacia el medio ambiente es un asunto intercultural, nos corresponde
a todos, sin importar las diferencias. Cada individuo debe, en el marco de su
realidad y de sus capacidades, identificar las formas más accesibles para ir en
resguardo del entorno común y el cuidado del medio.
El compromiso
debe ser en conjunto. Cada participante de la sociedad, puede aportar con una
actitud de respeto hacia el medio ambiente, ya que con cambios pequeños pero en
conjunto, la tarea de desarrollar acciones que atenúen el problema será
más fácil.
La tala indiscriminada de árboles,
la caza furtiva de peces, muchos de ellos en peligro de extinción, la
contaminación ambiental, el maltrato a la flora y fauna, atentan contra la
salud de la tierra, y, por consiguiente, de nosotros como sus habitantes.
Nuestro héroe Nacional aseveraba: "La naturaleza inspira, cura consuela, fortalece, y prepara para la virtud al hombre. Y el hombre no se halla completo, ni se eleva a sí mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza”
Como fieles martianos, hagamos de
cada jornada, un día de acción para proteger la mejor fortuna que le dejemos a
hijos y nietos, un planeta limpio y saludable.
Colaboración especial: Mayleovis del
Toro Terrero
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