domingo, 24 de noviembre de 2013

La esperanza del mundo



Cuando decidí tener a mi beba en realidad quise que tuviese el mejor de los futuros, y quizás ese sueño de madre hoy se engrandece al ver a Emily ensayar cada tarde en el grupo de teatro municipal. Y me sorprende como avanza, y es gracias a ese empeño que pone su profesora Katia, de la Brigada José Martí, o cuando al llegar a casa luego de una larga jornada de trabajo encuentro el corredor todo lleno de niñas y niños porque deben aprenderse una obra de teatro para una que otra actividad.
Así sucede cada día con Emily, Rochelis, Adalis, Miladis, Dairon, Brian o César, los que permiten que Cuba sea regencia internacional de respeto y cumplimiento de los derechos del niño y es por eso que aunque se muy bien la respuesta que la infancia, niñez no es igual en todos los países doy gracias a dios porque Emily, y otros tantos niños y niñas viven en Cuba, una isla que aunque pequeña si se enorgullece porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo.

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