La comunidad de Hatibonico semeja una
obra escultórica tallada por las manos laboriosas del hombre el que cuenta con
el aporte desinteresado de la naturaleza. Parece un lugar encantado, los que llegan
a él tiene un primer recibimiento por los formidables Monitongos y de inmediato
se abre a la vista del visitante un poblado que cuenta con las facilidades
necesarias para la vida.