Cada mañana sale a
la mar con la esperanza de un día encontrar el mayor regocijo…. Pero ¿a qué regocijo
en verdad se refiere Osvaldo Rojo Coy?…. ¿Acaso será un pez parecido a los del
Viejo y la mar? Una y otra vez me pregunto cuando veo caer el horizonte en la
Bahía de Guantánamo y por muchas especies que imagino, nunca pensé que su
captura fuera en grande, en verdad divina…
Así inicié esta
búsqueda y captura hace más de tres meses y al fin logro entender las palabras
de este sabio pescador, quien lleva más de 30 años de sus 70 como trabajador en
la cooperativa pesquera “Gustavo Fraga Jacobino” en Caimanera, Guantánamo,
primera creada en Cuba después del triunfo de la Revolución en el 59.
Cuenta Rojo, como
cariñosamente se le conoce en el pueblo, que la cooperativa comenzó a funcionar
el 10 de junio de mil 959, y dos años después, en mil 962, elementos
contrarrevolucionarios al servicio de la Central de Inteligencia de los Estados
Unidos, infiltrados en la ilegal base naval yanqui, asesinan al pescador
Rodolfo Rosell Salas… “Ante el horrendo
crimen, las constantes provocaciones y agresiones desde el enclave
estadounidense, se decidió suspender la pesca en sus límites para garantizar la
seguridad de los pescadores, medida que aún permanece y limita el área de pesca
en la Bahía”
“La presencia imperial en la base naval limita la captura, porque no
podemos llegar hasta las mejores zonas, ocupadas por los marines, donde hay
especies de alta calidad”.
Aún con esas
limitaciones en el dos mil 18 los pescadores caimanerenses alcanzaron 97.4
toneladas (t) que representan el 130 por ciento de lo previsto. Y en la
actividad de la pesca comercial privada de 21 t se compraron 33 t.
Rojo, explica
además que allí radica su gran captura, la misma que no pierde como esperanza y
que un día como patrón de su barco poderle decir a sus pescadores… “hoy pescaremos en altamar. Tal vez al
regresar traigamos a casa una de esas lindas agujas como la del “Viejo y la
mar”
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