Es 14 de febrero y el más universal de los sentimientos
festeja un nuevo aniversario. Otra oportunidad para demostrar a mi amor cuanto
lo quiero. Demostrarle que es lo más tierno que he conocido, porque no tiene
maldad, no sabe ser machista, ni mezquino, porque aunque a veces no conoce como
pienso, siempre sabe escucharme y darme su consejo a tiempo, porque cuando
estoy con él me siento protegida, sonrío y me olvido de que afuera hay un mundo
que puede desplomarse o no.
Él me quiere por cómo soy, no por lo que tengo o la
imagen que proyecto, por eso tengo la certeza que nuestro amor va más allá de
un arrebato, un capricho o un simple amor a primera vista, y aunque hemos tenido
reproches, desacuerdos, confusiones y lágrimas, el hecho de sentirme amada me
inspira a alimentar fantasías, olvidar los malos ratos del pasado, y regalarle el mejor
de los días, que más allá del habitual regalo, lo más importante es el
significado, la intención y el mensaje que este lleve consigo.
Hoy solo quiero que él aprenda junto a mi que la costumbre
no es el camino que nos lleva al éxito; por eso no quiero dejar pasar esta
fecha por alto y celebrar juntos el 14 DE FEBRERO, que morirá justo a la hora doce, y
será parte de otro día en el calendario, y quizás antes de que acabe el día broten mis sentimientos martianos y le diga: La capacidad de amarte es la única
que me hace grande y feliz.
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