miércoles, 7 de enero de 2015

Limitados por una Base



La llegada del siglo XX irrumpe de manera brusca en los entornos de la bahía guantanamera (la tercera de bolsa más grande del mundo). La instauración oficial a partir de 1903 de una Base Naval Norteamericana a la entrada de la rada cambia la configuración del caserío y la zona en general. Aumenta la población que acude de muchas partes de la Isla y el Caribe para buscar trabajo en la Base, necesitada de mano de obra barata para las construcciones y los servicios. El pueblo se convierte en un punto de tránsito, donde proliferan los negocios: bares, cantinas, fondas, tiendas, clubes, restaurantes y otros servicios menores. Además, en su zona sur se establece una zona de prostitución, para el esparcimiento de la marinería yanqui cuando estaba de franco. No existían instituciones culturales, salvo el cine y una escuelita pública que atravesó muchas dificultades.

Los desmanes y la prepotencia norteamericana en la hermosa bahía hacen que en su población se geste un creciente sentimiento antiyanqui que se apegó cada vez más a sus tradiciones cubanas y caribeñas y se enfrentó con valentía al impuesto vecino ante cada atropello: el asesinato del obrero Lino Rodríguez Grenat, la falta de respeto a sus mujeres, imposiciones en el puerto, entre otros.


Parte significativa del pueblo de Caimanera se incorporó a las luchas en cada etapa histórica, desde la época de los mambises. En la seudo república fue fuerte el movimiento obrero portuario, ferroviario y salinero, amén de uno u otro oportunismo que proliferó en algunos momentos sobre todo en la Salina.



Frank País visitó el poblado con objetivos organizativos del Movimiento 26 de Julio. Encontró rápido apoyo y las células del movimiento crecieron por doquier. De ellos existen hermosas y patrióticas historias, hasta la liberación definitiva del marino poblado por tropa del Ejército Rebelde  el 19 de Diciembre de 1958.



Caimanera ha sufrido el bloqueo norteamericano desde el propio 1898, cuando desembarcaron sus tropas en la bahía y nunca más la abandonaron. Con la Base Naval, los pescadores perdieron sus mejores bancos de peces y los campesinos sufrieron los primeros desalojos de la entrada de la ensenada.



El triunfo revolucionario significó para Caimanera la dignificación de su pueblo en muchos sentidos. La Revolución dio al pueblo un enorme abrazo de cultura, progreso y constante preocupación por el hombre; pero como resultado de las agresiones y la falta de escrúpulos mostrada por los Estados Unidos a través de la Base Naval, el municipio está imposibilitado de tener un mayor desarrollo económico y cultural.



Vivir en una zona militar rodeada de necesarias medidas de seguridad, alejan al caimanerense de sus elementos de identidad más profundos y del uso de la bahía y los cayos en actividades diversas y cotidianas como la economía, el intercambio con el Caribe, la recreación, la educación y el turismo.



Los niños y jóvenes están impedidos de disfrutar la acampada bajo la luna en la cayería que conforma la entrada de la bella rada guantanamera que por derecho le pertenece como su patrimonio natural más importante.



Todos estos elementos inciden de manera negativa en la calidad de vida del pueblo de la Primera Trinchera Antiimperialista de Cuba que convive con una cotidianidad constantemente agredida tanto en la esfera material como espiritual, aún cuando la Revolución ha hecho grandes esfuerzos por minimizar esta situación adversa.

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