Si amas tu trabajo más, a medida que pasa el tiempo; si tus castigos son frutos de amor y no de venganza; si en cada clase tuya tratas de renovarte; si sabes seguir un método sin convertirlo en esclavo; si en lugar de enseñar sabes también aprender; si sabes estudiar de nuevo lo que creías saber; si sabes instruir y mejor todavía educar; si tus alumnos anhelan parecerse a ti
“ENTONCES TÚ ERES MAESTRO”
Gabriela Mistral
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